A principios del siglo II a.C. la República de Roma acaba de derrotar a su mayor pesadilla, el cartaginés Aníbal. Tras anexionar las posesiones cartaginesas en la costa mediterránea de Hispania, las organiza en las provincias Ulterior y Citerior y ordena a sus pretores que completen la conquista de la península, habitada por pueblos sin cohesión. Pero estos hispanos resultan ser un enemigo temible...