Siempre ansioso por ayudar y siempre con una sonrisa, una palabra amable o un chiste a punto, Yokozuna acostumbra a llevar a Shojo sobre sus anchos hombros cuando está ebria. Curiosamente, él raramente bebe; aunque se rumorea que, en su juventud, se bebía tabernas enteras hasta secarlas sin emborracharse, que es algo que Shojo considera una terrible tragedia.