Durante años, gente de todas clases ha empleado o ha ayudado a este agradable y servicial hombre. Ha trabajado como chef, sanador, maestro y masajista, entre otras ocupaciones. Pocos saben que los terratenientes explotadores, los jueces corruptos, los jefes de bandoleros y los criminales que han quedado lisiados, en la ruina o han amanecido muertos deben su fin a este humilde hombre.